20 de noviembre de 2004 ESTADOS UNIDOS

Consejo general ampliado – 3

Jueves 18 de noviembre.
La jornada de hoy ha sido realmente intensa por el horario propuesto y por los temas afrontados.
Desde el primer momento, la liturgia de la Palabra nos ha recordado el llanto de Jesús sobre Jerusalén con aquellas palabras que cada uno de los participantes ha sentido como dirigidas a sí mismo: ?¡Si también tú conocieras en este día el mensaje de paz! … Porque no has conocido el tiempo de su visita. (cf. Lc 19, 41-44) Este encuentro es realmente un momento de encuentro con Dios a través del don de los hermanos.
En el primer encuentro, el Superior General resumió brevemente la idea que ha orientado el camino de la reestructuración a partir de 1993. Ha recordado que no es una estrategia de gobierno para sobrevivir o para poder seguir haciendo lo que siempre se ha hecho, sino una ocasión para imaginar un nuevo estilo de vida que sea más dinámico y, por consiguiente, más atrayente y creíble. Es precisamente por esto que la reestructuración no consiste en rediseñar un nuevo mapa geográfico del mundo marista, sino en realizar una conversión y una revolución del corazón. Y ha recordado que los 900 hermanos que partieron de Francia en 1903, fueron artífices de la primera reestructuración que dio al Instituto ese aire de novedad que le ha permitido salvarse y expandirse.
A continuación, el Vicario General presentó los criterios de viabilidad que, según el Consejo General, pueden llevar a una mayor vitalidad. Ha subrayado en particular:
La solidaridad: cada Provincia es responsable de la vida de todos las otras unidades administrativas del Instituto.
La atención a la calidad de la vida y de la misión.
Un número mínimo de Hermanos (100);
Un equilibrio entre los diversos grupos de edad (40% con menos de 60 años).
La inculturación y la multiculturalidad.

Los dos Consejos Provinciales afrontaron con mucha serenidad y seriedad estos criterios con la realidad que están viviendo. Luego, en asamblea, se compartieron las dos realidades, la de Canadá con sus 193 hermanos y una media de edad de 73 años y la de Estados Unidos con sus 215 hermanos y una media de edad de 63 años.
Al final del encuentro, todos concordaban en decir que el tema revestía una importancia capital para el futuro de la vida marista en las Provincias respectivas, pero que se debe afrontar con decisión ya que no se puede postergar la solución indefinidamente.
Durante la última parte de la jornada, todos han participado en la elaboración de una lista de elementos que puedan favorecer u obstaculizar la vitalidad. Se ha acordado una lista común que servirá también como punto de partida para elaborar futuras estrategias. Y en medio de los problemas, dificultades y preocupaciones, todos han recordado aquel refrán oriental que dice: ?Si quieres un surco recto ata tu arado a una estrella?.
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