22 de noviembre de 2004 ESTADOS UNIDOS

Consejo general ampliado – 4

Viernes, 19 de noviembre.
También hoy la Palabra de Dios orienta el día y nos indica el itinerario a seguir. El ángel del Apocalipsis le ordena a Juan: ?Toma el libro y devóralo; te amargará las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel… Entonces me dicen: Tienes que profetizar otra vez?.
El Hermano Seán, con otras palabras pero en la misma dirección, dirige su mensaje a la asamblea. Recuerda a los presentes que han sido elegidos gracias a la confianza depositada en ellos por los hermanos, y que, por este motivo, tienen que desarrollar con ánimo, celo y determinación la misión confiada a ellos. En lugar de fijarse en las limitaciones que existen en cada persona, es más importante dirigir la mirada hacia el futuro y creer en la validez de la misión marista. ¿Y no es acaso Marcelino Champagnat nuestro mejor modelo en este camino? ¿Quién si no él puede infundirnos el ánimo y la fuerza para mirar hacia adelante y, al mismo tiempo, interesarse y preocuparse para que todos los hermanos lleguen a la plenitud de la vida? Marcelino Champagnat es nuestro modelo de decisión y audacia y, al mismo tiempo, es también el hombre compasivo, cercano, que invita a no estancarse.

El resto del día ha sido un sucederse de encuentros: asamblea, por parejas, en pequeños grupos, luego, de nuevo, en asamblea.
Las palabras que más se oyeron fueron las que tantas veces hemos oído: refundación, renovación, regionalización, futuro. Son palabras que sólo los profetas pueden llenar de sentido, pero también son palabras que molestan a menudo el tranquilo vivir de los que no esperan nada más de la vida.
El trabajo principal del día ha consistido en abrir las mentes y el corazón para escuchar la voz del Espíritu y dejar a Dios que siga haciendo su obra en la vida de los hermanos de América del Norte.
Es obvio que hay problemas en las Provincias. Cuando decimos que es posible entrever un futuro mejor en las Provincias significa que hay que arremangarse y ponerse manos a la obra sabiendo que, en la construcción de la casa, Dios trabaja con nosotros.

VOLVER

Consejo general ampliado - 3...

SIGUIENTE

Consejo general ampliado - 5...