16 de diciembre de 2005 KENIA

Construir juntos el futuro

En esta recién formada comunidad comienza ahora nuestro viaje para construir juntos el futuro y darle vida. Al mismo tiempo tenemos bien presentes los objetivos que nos propusieron los tres miembros de la Comisión de Vida Religiosa del Consejo General. Pondremos todos nuestros esfuerzos para que esta tarea de preparación de formadores que emprendemos llegue a buen puerto. Los objetivos son éstos:
a. Preparar y enviar formadores en respuesta a la invitación del 20º Capítulo General, que nos llama a comprometernos en un proceso dinámico de transformación, refundación y adaptación del Instituto
b. Invitar a cada hermano participante a asumir como prioridad central la de reavivar el fuego de la pasión por Jesús en su vida mediante el crecimiento personal, construir comunidad y servirse de las herramientas adecuadas para la tarea que va a desempeñar como formador.
Experimentamos una gran riqueza de vida en la variedad de nuestra comunidad, que se compone de dieciséis nacionalidades distintas. A través de la oración, las sesiones en grupo, las reuniones comunitarias, el esparcimiento y el deporte, compartimos nuestras ideas, visiones y esperanzas. Al hacerlo así, vamos discerniendo y tomando conciencia de las muchas direcciones en que el Espíritu nos mueve. En otras palabras, nos dejamos transformar por la luz que nos llega y nos nutre a través de los aconteceres de cada día, especialmente en los momentos en que compartimos cosas importantes del itinerario de nuestra vida y de los aspectos diversos de nuestras culturas respectivas.
Nuestro lema, ?Construir juntos el futuro?, nos sugiere muchas posibilidades de adquirir nuevas ideas en el día a día del curso, e incorporarlas a las que forman ya parte de nuestro desarrollo personal. Vemos esto como una buena señal que nos indica que estamos haciendo las cosas bien en el proceso que llevamos adelante con la ayuda de los tres hermanos consejeros del equipo y los que van animar los diversos talleres.
Sentimos que nuestro crecimiento y nuestra fuerza como grupo y como individuos son el fruto de las acciones que emprenderemos juntos y la apertura que ofrezcamos para compartir tantas cosas.
Sabemos que contamos con el apoyo y las oraciones de los hermanos de todo el Instituto. Os damos las gracias a todos por esas muestras de amor fraterno. No os quepa la menor duda de que estáis con nosotros en espíritu mientras vamos recorriendo este camino de preparación para nuestras futuras tareas formativas. Ponemos muchas esperanzas en el trabajo que vamos a desempeñar como formadores, a la vez que queremos recalcar que todos compartimos la responsabilidad de llegar a las vidas de aquellos que atendemos bien sea en las aulas, en la administración, los jóvenes, los pobres, los enfermos o los que están en nuestras casas de formación.
Agradecemos la oportunidad que se nos brinda de ampliar nuestros horizontes en el terreno de la formación. Sabemos que estamos trabajando adecuadamente en muchos otros campos de nuestro apostolado. Sin embargo, sentimos también el reto de que en algunas Provincias, Distritos y Sectores, sólo unos pocos jóvenes muestran interés por nuestro tipo de vida.

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