25 de febrero de 2021 GRECIA

El arzobispo de Corfú y Salónica habla sobre su formación marista en Atenas

“Gracias a los hermanos maristas, una luz comenzó a brillar en mí. Era la luz de la llamada, como la luz de una dedicación más específica y exclusiva a Dios”, ha dicho el arzobispo metropolitano de Corfú, Zakynthos y Cefalonia, de Grecia, Mons. Georges Altouvas, durante su ordenación episcopal, el 7 de febrero de 2021, en la catedral de San Dionisio el Areopagita de Atenas.

“Quiero hablar de mi Escuela, el Liceo Léonin – Colegio Marista de Atenas –, que me ha enriquecido con muchas experiencias espirituales. Ciertamente, una escuela no es solo el edificio, sino, ante todo, las personas que la conforman y la educación que ofrece. Estas personas fueron mis maestros, pero, sobre todo, los hermanos maristas, quienes sembraron en mí las virtudes espirituales de la sencillez, la humildad y la modestia”, ha expresado también, el arzobispo católico griego, exalumno Marista y profesor de las escuelas Maristas de Atenas (Liceo Léonin de Néa Smynri y el Liceo Léonin de Patissia).

En su visita a la comunidad, recordó los campamentos vocacionales, sus días espirituales y sus peregrinaciones a los Lugares Maristas, a L’Hermitage. Y refiriéndose a su formación marista, Mons. Georges Altouvas precisó, de manera especial, que en su mitra episcopal puso “las tres violetas Marista”, símbolo de la sencillez, la humildad y la modestia. Tres virtudes marianas que nos vienen de Marcelino Champagnat.

El ahora arzobispo metropolitano de Corfú, Zante y Cefalonia y administrador apostólico del vicariato apostólico de Tesalónica, fue alumno de la escuela primaria y el bachillerato del colegio “Leontios” de Patissa, desde la edad de los 6 años (1979 – 1991). En 1992, tras 12 años de formación marista, Mons. Georges se trasladó a Roma para seguir su vocación al sacerdocio.

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