13 de agosto de 2011 ESPAñA

El rostro de los jóvenes, reflejo de la acción del carisma de Marcelino

La jornada comienza con una sorpresa. Hay que seguir profundizando la identidad marista iniciada al comienzo del encuentro. La sorpresa está oculta en una gran caja. Es un obsequio que nos hace la vida. Al abrir la caja, que contiene el obsequio, los jóvenes encontraron dentro un espejo grande en el que pudieron contemplar su propio rostro, su propia identidad. A partir de este experiencia se les invitó a descubrir quién se oculta detrás de cada rostro. La referencia a las caretas con las que se oculta la verdadera identidad volvió a hacerse presente.

El tiempo inicial de la mañana se dedicó a una mesa redonda sobre la actividad pastoral que se desarrolla en diversos lugares. Intervinieron el joven Joao Ribeiro Bastos, de 18 años, universitario, estudiante de derecho en la universidad de Río y representante de la Pastoral Juvenil de la Provincia Brasil Centro Norte. En su propuesta describió el amplio abanico de actividades pastorales que la Provincia desarrolla a favor de los jóvenes y el soporte de medios humanos y técnicos que los acompaña. El hermano Vincent de Paul Kouassi, hermano marista de Costa de Marfil, encargado de la Pastoral Juvenil en este país, compartió con los presentes la actividad que realizan los hermanos junto a niños y jóvenes. Norman Lévesque que fue profesor del colegio Laval, en Canadá, autor de un libro sobre ecología y religión a sus treinta años, expuso con mucha fuerza y entusiasmo la labor que realiza dentro de la Iglesia canadiense a favor de la ecología. Algunas de sus iniciativas se pueden consultar a través de la pagina:  www.greenchurch.ca. El hermano Iñigo García Blanco, director de la obra social Espiral, compartió con los jóvenes el trabajo que realiza la comunidad marista en Fuenlabrada, un barrio de las afueras de Madrid. En esta obra marista se llevan a cabo varios proyectos en el Centro-guía para menores y en el Centro de enseñanzas profesionales, con jóvenes con dificultades o carencias de integración social.

La tarde se ha dedicado a diversas actividades de talleres de reflexión o de acción. Al fondo del corredor, en una clase, Helena y Jordi animaban un grupo numeroso que se ha dedicado a cantar las canciones que expresan sus convicciones de fe más profundas. Les servía de soporte el cancionero preparado para este encuentro. En un rincón recogido y acogedor, ambientado con luces tenues, sentados sobre una alfombra, los jóvenes han compartido los caminos que han seguido en su vida para responder al Señor en la vocación. Ha sido una rica experiencia. El tercer taller ha tomado su propuesta del lenguaje de la computación. “Jesús 2.0” era el título que se le ha dado a este taller. Con ese título se aludía a la interrelación que se suscita con la persona de Jesús cuando el joven se atreve a ponerse en contacto con Él. Otro grupo ha realizado varias dinámicas para expresar su experiencia de Dios. En una sala adjunta, vecina a la exposición de fotografías de la Ong SED, otro grupo, Animado por el hermano Antonio Tejedor, responsable de SED y dos voluntarias, se ha interesado por el voluntariado marista, su participación en los proyectos que la organización no gubernamental tiene programados y la manera de ayudar en países poco desarrollados.

La motivación para preparar la liturgia de la eucaristía se ha centrado en el “IN” de la tercera parte del eslogan BELIVIN, que invita a dirigir la mirada al interior de la persona; a lo que a cada uno le mueve por dentro. Para ayudar en la reflexión se propone un fragmento de la Palabra de Dios: “Ser luz del mundo… Ser sal de la tierra”, y algunas preguntas guía para profundizar. ¿Quién ilumina mi interior? ¿Qué ilumina? ¿Dónde quiero llegar? ¿Qué llevo en la mochila? ¿Quiénes son mis compañeros de camino? Se escucha una canción que repite reiterativamente: “Vivo por Él, y nadie más puede vivir dentro de mí. Yo vivo por Él.”

La eucaristía retoma la metáfora del espejo, con la que se abrió la reflexión del día. El altar se ha adornado con grandes espejos. En ellos se refleja la propia identidad de los participantes en el encuentro. Ahí está, sobre el altar, la imagen de lo que el Espíritu va haciendo en el interior de cada uno. El rostro de los jóvenes refleja la acción del carisma de Marcelino.

Un grupito de nueve jóvenes, integrados por pre-postulantes, novicios o recién profesos, que asisten al encuentro, invitaron al hermano Emili Turú, Superior general, a compartir juntos el alimento.

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