1 de febrero de 2020 AUSTRALIA

Familia carismática global: Argie y Rodrigo, una pareja misionera mexicana entre los aborígenes de Mount Druitt

Argie Hernández de la Provincia de México Occidental está casada con Rodrigo Gris. Ambos han vivido durante tres años en la comunidad Lavalla200> de Mt Druitt, en Australia, tras haber participado en el programa de preparación (en el 2016) y haber sido nombrados para ir a este país. La pareja regresará a México este año.

Actualmente, la comunidad de Mt Druitt está compuesta por la pareja mexicana y tres hermanos, Fabricio Basso (Brasil Sul-Amazonia), Jonnel Sisneros (East Asia) y Lawrie McCane (Australia). La comunidad dirige “Marist Learning Zone”, un centro que trabaja con niños de las afueras de Sydney que se niegan a asistir a las escuelas normales.

A continuación, Argie nos comparte su experiencia de trabajo con los aborígenes australianos.

Cada vez que ellos se encuentren con un marista

Mientras nos preparamos para salir de Australia, reflexionamos constantemente sobre las maravillosas experiencias y oportunidades que hemos tenido en un país tan bonito. Una de nuestras muchas historias aquí es la de nuestros amigos aborígenes de la comunidad de Mount Druitt. Cuando nos enviaron a este lugar, nunca imaginé que viviría una misión de humildad.

Cuando llegamos a Australia, una de las primeras comunidades que visitamos fue una comunidad aborigen en Mount Druitt. Fuimos recibidos y acogidos con tanto amor que nos sentíamos abrumados y no podíamos imaginar todo lo que habían pasado. La resistencia que ha desarrollado esta comunidad es solo un ejemplo de perdón y fraternidad.

Desde hace mucho tiempo, el hermano Lawrie es amigo de Baabayn, quien ha sido un excelente contacto y apoyo para la comunidad. Siguiendo su ejemplo y nuestro llamado a la misión, hemos podido comenzar nuestro compromiso de apoyar a Baabayn en las áreas que lo requerían.

Entre las diferentes oportunidades de apoyo se encuentra el Kurung Homework Club, donde tenemos el privilegio de ayudar a niños y adolescentes con sus tareas escolares y otras áreas académicas.

Como voluntarios en el extranjero, hemos tenido la gran oportunidad asistir al programa de tutoría Kurung para desarrollar y fortalecer nuestra comprensión de la cultura aborigen. Creemos que el programa de tutoría es una oportunidad maravillosa para que los niños y tutores desarrollen relaciones sólidas que terminen con la excelencia y el amor por el aprendizaje.

El programa Kurung es una gran oportunidad para que los niños continúen su educación con orientación personalizada, es un momento en el que pueden relajarse y hacer todas las preguntas que desean. El privilegio trabajar cara a cara es que los niños pueden sentirse absolutamente seguros de su aprendizaje.

El centro se convierte en un hogar, donde todos son bienvenidos y atendidos. Cuando los niños llegan al centro y reciben refrigerios y bebidas, no solo reciben alimentos para el cuerpo sino también para sus almas. Es muy gratificante verlos disfrutar y aprender al mismo tiempo, son como todos los niños del mundo, encantadores, amables y curiosos.

Los adultos que trabajan en el centro nos tratan como familia, nos apoyan y nos abastecen las herramientas prácticas para la sesión con los niños.

Este club de tareas es un hermoso testimonio sobre los adultos que cuidan a sus hijos, que les ofrecen mejores oportunidades y crean un ambiente de familia y amistad.

Nos sentimos honrados de ser invitados a sus eventos, esto significa que no solo somos voluntarios, sino que también nos hemos convertido en miembros del “clan”, ya que no nos sentimos sólo voluntarios sino también amigos.

El club de tareas no es sólo algo que compartimos con ellos, muchas veces les brindamos transporte o otros tipos de ayuda durante diferentes eventos importantes, como Navidad, fin de año, o las actividades de verano, etc.

Estamos muy agradecidos con Baabayn por habernos permitido ser parte de su comunidad, hemos aprendido que ofrecer el servicio de transporte no significa solo llevar a un niño de un lugar a otro, sino que también incluye tener una buena conversación sobre la escuela y las aventuras de los niños. También hemos aprendido que envolver un regalo de navidad significa asimismo envolver sueños y esperanzas, y hemos aprendido que no solo somos voluntarios, sino que también somos parte de la familia Baabayn, tal y como somos parte de la familia Marista.

Personalmente, también he desarrollado una gran afinidad con el grupo de mujeres, a veces pasamos tiempo aprendiendo nuevas habilidades artísticas y manuales; y recientemente han desarrollado un fantástico círculo de curación. Es desgarrador escuchar las luchas por las que han pasado, pero también es una gran una oportunidad para desarrollar nuestra fuerza como mujeres, ofrecer nuestro hombro o dar un abrazo es siempre una forma reconfortante de hacer saber a nuestros hermanos que son importantes para nosotros y que los queremos.

Esta oportunidad de compartir tiempo y actividades con ellos es una oportunidad para nosotros como maristas de dar a conocer a Jesús y de amar con la misma dulzura de María. Cada vez que nos sentamos o jugamos juntos es un momento precioso para hacerles saber que somos maristas y ellos sabrán que – cada vez que se encuentren con un marista – serán amados tal y como Jesús nos ha enseñado.

Al vivir nuestra espiritualidad, encontramos nuestra sed saciada por las corrientes de “agua viva”. Y a su vez, nos convertimos en “agua viva” para los demás (WFR, n14).

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Argie Hernandez – LaValla200> Community Mount Druitt

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