20 de septiembre de 2014 KENIA

II Asamblea Internacional de la Misión Marista

Voces del fuego

Todos los días los participantes en la IIAIMM inician el encuentro matinal con un espacio de oración común que en el programa se llama “Voces del fuego”. La reflexión de la mañana de este día estuvo ambientada con la narración “La Montaña Luminosa” de la que la mitología ha hecho derivar el nombre de Kenia. Este relato afirma que “si subes a la montaña con el corazón limpio te concede todo lo que le pidas”. Waku, una niña muy bonita, estuvo mucho tiempo hablando con la montaña.y la montaña cuanto más escuchaba las palabras de Waku más se iluminaba. Esta fue la propuesta del animador del día: “La montaña de nuestra vida, la montaña de nuestra asamblea, la montaña de nuestra misión se iluminará más y más con nuestra oración”.

Sobre el césped del jardín se ha dibujado el contorno de un mapa de África con piedras. Dentro del contorno cada uno de los participantes ha colocado una piedra traída desde su país de origen. Este mapa representa la diversidad de las tierras en el suelo común donde se asienta la aldea global de nuestro mundo. Al hacer este gesto los participantes acogen la diversidad de procedencias en la unidad del único proyecto amoroso de Dios para con la humanidad. En la diversidad de las tierras crece el carisma marista.

 

Compartiendo nuestros caminos

El primer espacio de encuentro de las pequeñas comunidades por la mañana se ha dedicado a compartir “la experiencia del camino realizado hasta llegar a la IIAIMM”. Dentro de este itinerario debían incluir una experiencia de solidaridad. Se trataba de mirar hacia atrás para hacerse conscientes del caudal de vida procedente de nuestras comunidades y provincias que se ha de hacer presente en la Asamblea a través de los delegados.

Para darnos una idea del aporte realizado en el camino de preparación de la Asamblea aportamos algunos indicadores. En la fase local del proceso de preparación han participado 21 unidades administrativas y se han formado 1.123 grupos en los que han participado 25.210 personas. Los docentes, maestros o educadores han constituido 361 grupos en los que han participado 7.751 personas. En el proceso ha participado 140 fraternidades con un total de 1.617 personas. Los padres de familia se han integrado en 38 grupos en los que han trabajado 569 personas. También han participado 191 comunidades de hermanos en las que han hecho su aporte 1.627 hermanos. Los jóvenes se han integrado en 111 grupos en los que han participado 9.650 personas.

También han participado otros grupos de espiritualidad, voluntariado, grupos de vida, asamblea de educadores, equipos provinciales, antiguos alumnos, unidades sociales. En total han sido 305 en los que han hecho su aporte 4.054 personas.

Después del descanso las pequeñas comunidades se han reunido por regiones maristas para contemplar el aporte de las regiones en la preparación previa. El trabajo tenía que concretarse en detectar brotes de vida y sueños de la propia unidad administrativa. Todo este contenido había que presentarlo en el plenario de la tarde a través de una expresión gráfica.

El trabajo de la tarde se ha iniciado con la oración mariana en la que la Asamblea ha acompañado a María en los principales momentos de su vida desde la Anunciación a Pentecostés con la proclamación del Ave María en varios idiomas.

 

Una primera panorámica

El aporte de experiencias que han recogido las pequeñas comunidades en el encuentro de la mañana se ha compartido en la primera hora de la tarde con todos los procedentes de la misma región marista. De esta manera se ha realizado una primera aproximación de los aportes que el mundo marista ha hecho llegar a la Asamblea. Este aporte se ha compartido en la plenaria con todos los participantes a través de una presentación gráfica. Estos cinco resúmenes sintéticos han hecho aparecer ante la asamblea el eco de los continentes. Se ha completado así un recorrido iniciado con la reflexión del itinerario personal, la del recorrido provincial después y finalmente el avance realizado en la región.

Después de realizada la exposición en el plenario se ha abierto un turno de intervenciones espontáneas para escuchar reacciones a la exposición presentada a la asamblea. Poco a poco se va perfilando por dónde se inclina la sensibilidad de los asistentes con respecto a los temas más importantes, pero todavía se está viviendo un momento de aproximación.

A continuación se ha dedicado un tiempo largo de trabajo personal para escuchar la voz del Espíritu. Este espacio de la tarde se dedica cada día a rellenar las páginas del diario personal. La propuesta que se hace a los participantes es la de ir recogiendo las mociones personales que el Espíritu va suscitando día a día.

La jornada ha concluido los trabajos con un momento de oración, dando gracias al Señor por la madre tierra . El acto se inicia recorriendo un trecho de camino en silencio en contacto con la naturaleza. Se invita a que los que lo deseen que lo hagan descalzos. Se camina hasta el lugar donde se colocó la piedra que cada uno trajo de su país, una piedra cargada de historia, sueños, dones y talentos que forman parte de una oferta. Durante el trayecto se realizan dos gestos. El primero, tomado de la cultura andina, consiste en la construcción comunitaria de lo que los indígenas llaman “apacheta”. En lugares significativos del camino cada uno deposita una piedra para recordar algo importante, un rumbo, un acontecimiento, un recuerdo. Este tipo de construcción tiene el valor añadido de ser una realización comunitaria. Este gesto se inicia con la lectura del texto en que Jacob se levantó de mañana y tomó la piedra sobre la que había reclinado su cabeza durante el sueño y la colocó como señal de la visión que había tenido derramando aceite encima de ella. Con este gesto, los participantes están invitados a “marcar huella, a dejar una señal en esta tierra bendita de la IIAIMM”.

El segundo gesto ha consistido en cavar un hoyo en el suelo y “con permiso de la madre tierra” cada uno ha ofrecido hierba, cereales y bebida a la “pachamama” con actitud agradecida para devolverle algo de lo mucho que ella nos dio. Cada ofrenda expresa el “deseo de multiplicar los dones divinos que hemos recibido”. Y hacer este gesto en comunidad expresa el “compromiso con la justicia hecha de ternura abundante hacia los más humildes”.

El día concluye con una muestra folclórica, gastronómica, artesanal y cultural de los pueblos de América donde están presentes los maristas.

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AMEstaún, 18 de septiembre

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