Carta a Marcelino

H. Jean-Pierre

1836-08-11

Ampuis y Vienne son localidades próximas. En Ampuis, de dónde fue escrita esta carta, los Hermanos dirigían la escuela desde 1825. H.Jean-Pierre era el director de la escuela de Vienne, en la parroquia de Saint-André. Pero la ciudad de Vienne poseía una segunda parroquia, la de Saint-Maurice. El párroco de ésta, el P.Guttin, al ver el éxito de la escuela en la parroquia vecina (Saint-André), pidió Hermanos al P.Champagnat, pues también quería escuela marista en su parroquia. El P.Champagnat encargó al H.Jean-Pierre de ir in situ y elaborarle un informe de los locales y de las condiciones generales de la nueva escuela. Las informaciones no fueron muy favorables y el Fundador negó los Hermanos al P.Guttin. Éste, resentido, recurrió a los Hermanos de las Escuelas Cristianas, que asumieron la escuela en 1835, dificultando la supervivencia de la escuela marista en Saint-André, una vez que ofrecían condiciones más favorables. En esta carta el H.Jean-Pierre, citando el parecer de varias otras personas, aconseja al P.Champagnat retirar a los Hermanos de la localidad de Vienne, dejando el campo libre a los Lasallistas. Efectivamente, la escuela fue cerrada en septiembre de 1837. Sobre ese asunto tenemos una carta del Fundador al párroco de Saint-André (PS 71). (Cfr. H.Ivo Strobino, nota introductoria al texto, ?Cartas Passivas?)

Jesús, María, José

Ampuis, a 11 de agosto de 1836.

Mi muy querido Reverendo Padre en Jesús y María, vuestra bendición:

La última carta que le escribí para pedirle un ayudante, así como para hacerle conocer los sentimientos del Sr. Gilos hacia la escuela, va a quedar anulada por la presente, que le pide acabar con la escuela al fin del año en curso, si le parece que no volvamos a Vienne después del informe de la última entrevista con el Sr. Cura.

Me ha dicho que no quería hacer nada para darnos alojamiento, pero que nos daría 100 Luises para comprarnos una casa si pudiese encontrar a una persona bien dispuesta para ayudarle, y que una vez comprada la casa pondríamos en marcha una escuela gratuita y otra de pago, sin meterse él para nada ni con el sueldo ni con el número de Hermanos necesarios para hacerlas funcionar. Que ha escrito a Monseñor antes de venir a Vienne a tratar del asunto, y que la respuesta que recibió fue que si la escuela no podía subsistir por las retribuciones dejaría de existir.

He consultado al Sr. Petitin, quien opina que lo mejor para nosotros es dejar el campo libre, según su manera de entender.

Al salir de la casa del Sr. Gilos me encontré a una persona que se interesa por nosotros y me dijo que no me fiara del Sr. Cura, porque prometía y olvidaba pronto lo prometido; que había hablado con el Sr. Merle, gran amigo del Sr. Michon, el cual ha sostenido siempre que no nos mantendríamos y que si queremos lanzarnos por nosotros mismos nos devoraremos; tal vez diga eso porque se lo ha pedido el Sr. Cura.

Nos gustaría conocer sus deliberaciones con el fin de acabar en buena hora y vender nuestro mobiliario, como lo dijo Ud., a nuestros Hermanos vecinos.

El Sr. Cura Gilos dejará su apartamento después de la fiesta de Todos los Santos. Lo ocupará una maestra de pensión que preferiría, sin embargo, las habitaciones que tenemos nosotros. Si nos ponemos difíciles no nos cobrarán la renta de lo que no hemos ocupado. En fin, esto es un laberinto y uno se pierde en él. ¡Basta! El sol está arriba de las nubes; necesitamos que el cielo se despeje. El Sr. Cura es como yo, en el mismo día infunde esperanzas y temores.

Mientras me honra con una respuesta, dígnese aceptar los sentimientos de sumisión, respeto y afecto de quien tiene a dicha ser, mi muy querido Padre, su humilde, obediente y respetuoso hijo en Jesús y María,

H.JUAN PEDRO.

P.S. El Sr. Guihard, Párroco de Reventier, quisiera tener a uno de los Hermanos. Me ha pedido que interceda por él. Otro tanto ha hecho ante los Párrocos de Ampuis.

Edición: CEPAM

fonte: AFM 121.4

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